Prologo al Estado de Alarma
Orisson?y?Museros?publican sendas entradas a prop?sito de la huelga de los controladores. En esta ocasi?n no estoy de acuerdo con gran parte de lo que dicen y el asunto me parece lo bastante importante como para dedicarle una r?plica, no solo al resumen que realizan sobre los hechos concretos que nos han llevado a esta situaci?n sino tambi?n a los presupuestos ideol?gicos en los que fundamentan su postura.
Vaya por delante el problema de fondo, que no es otro m?s que la interpretaci?n de la Ley 9/2010 respecto al c?mputo de horas m?ximas anuales que un controlador a?reo puede trabajar. Dado que las horas extra se cobran mucho m?s que las regulares, los controladores pretend?an que se contabilizaran como horas trabajadas los permisos sindicales, las imaginarias, las licencias y ausencias por incapacidad laboral, as? como las reducciones de jornada.?Para los controladores se trataba, esencialmente, de forzar una interpretaci?n que no solo obligara a AENA a computar muchas m?s horas como extra, sino que adem?s obligara a dar marcha atr?s a la limitaci?n de 1670 horas anuales de trabajo, que les priva de tantas horas extra.?
Pero los controladores se olvidaron de un peque?o detalle: La potestad reglamentaria del Gobierno, que decide este viernes publicar un Decreto aclarando dicha cuesti?n... naturalmente en favor de AENA.?En este momento, los controladores ten?an una opci?n: Acudir a los tribunales a impugnar dicho Decreto y el Reglamento que aprueba.
Lo que hicieron fue una cosa radicalmente distinta: A las 17:00, empezaron a levantarse de sus puestos de trabajo -esencialmente, de la b?sica torre de control de Torrej?n, que parece que coordina todo el espacio a?reo nacional- y va alegar masivamente que estaban de baja. No, no es que se pusieran a trabajar sus horas. No, no es que ejercitaran su derecho de huelga.
Es, simplemente, que decidieron perpetrar una actitud colectiva consistente ni m?s ni menos que en obligar al cierre del espacio a?reo espa?ol para el tr?fico civil. En todos los sentidos, subieron las apuestas hasta el m?ximo y mediante una acci?n evidentemente organizada le dan un jaque al Estado interrumpiendo el tr?fico a?reo civil en la totalidad del territorio nacional.?
A partir de aqu?, el Gobierno ten?a tres opciones distintas:
1) Negociar con los controladores, lo cual pr?cticamente obligaba al Ejecutivo a ceder a lo que quisieran pues con el espacio a?reo cerrado, el tiempo jugaba en contra suya.
2) Poner en juego toda la maquinaria legal que tiene el Estado para el aseguramiento del inter?s general del pa?s.
3) Hacer las maletas y largarse, necesariamente en autob?s, tren o barco.
Para sorpresa de todos, el Gobierno opt? por la segunda opci?n. No creo que nadie sensato vaya a discutir que el funcionamiento del tr?fico a?reo est? directamente relacionado con el inter?s general del pa?s. Y para restaurar la normalidad, se opt? por colocar a los controladores a?reos bajo mando militar.?
Tengo que decir que llegados a este punto esperaba sinceramente que los controladores entendieran que era el momento de hacer el indio por puro y simple agotamiento de las flechas. Pero sucedi? lo que el mismo viernes por la tarde ya me hab?a anticipado un amigo, ?ntimo conocedor de la situaci?n:?"Te digo yo que a estos t?os les pones bajo mando militar y les va a dar igual".?Y yo me qued? at?nito cuando horas despu?s Rubalcaba anunciaba no solo que la mitad de?estos t?os?no se hab?an reincorporado a sus puestos, sino que adem?s los que hab?an acudido no trabajaban.?
A partir de aqu?, podemos decir que los controladores han entrado en din?mica suicida, porque es evidente que el Gobierno ni va a negociar con ellos ni les va a permitir que prosigan con su secuestro del tr?fico a?reo. La ?nica respuesta que le quedaba al Estado, en tanto que monopolista de la fuerza era la pura y simple coacci?n legal, penal y quiz? f?sica (deteniendo o encarcelando a los controladores) para que el transporte a?reo volviera a la normalidad.
Esto es lo que ha sucedido con la?declaraci?n del Estado de Alarma. Posiblemente, el Decreto de mayor gravedad y trascendencia en los 32 a?os de Constituci?n de 1978 con la posible excepci?n de la expropiaci?n de RUMASA. Y que a diferencia de ?ste, no ha sido ni propuesto, ni firmado, ni explicado por el Presidente del Gobierno Jos? Luis Rodr?guez Zapatero, tan desaparecido desde el viernes como su cong?nere de la Oposici?n.
Y de este relato, que es en s? mismo la r?plica b?sica a lo que cuentan mis coenlazados, vale la pena extraer unas conclusiones pol?ticas b?sicas:?
1) Que el ejercicio de los denominados "derechos colectivos" -en los que cada vez creo menos- tiene que tener l?mites tanto m?s estrictos cuanta mayor sea la capacidad del colectivo en cuesti?n de chantajear a la sociedad entera.
2) En atenci?n a lo anterior, determinados colectivos -polic?a, bomberos, sanidad p?blica, medios b?sicos, masivos y p?blicos de transporte colectivo- no pueden ser tratados?como cualquier otro trabajador,?ni le pueden servir las mismas excusas o m?todos que a?cualquier otro trabajador?porque ese tratamiento junto a su capacidad para el chantaje pol?tico y econ?mico tomando como reh?n al conjunto del cuerpo social nos lleva directamente a la acumulaci?n acelerada de privilegios inasumibles a la larga.?
3) Ante un n?mero min?sculo de trabajadores con el poder puro y simple de paralizar la totalidad del tr?fico a?reo civil sobre los cielos de Espa?a las posibilidades de respuesta proporcionadas solo pueden ser la coacci?n y el C?digo Penal.?
Estos conceptos est?n al alcance de la gran mayor?a de los espa?oles. No son el Gobierno y sus medios quienes azuzan a las masas contra los controladores a?reos, sino la sociedad entera la que repudia de la forma m?s tajante posible la actitud de ?stos.?Los controladores firmaron el viernes su sentencia de muerte de cara al p?blico y sirvi?ndole al Gobierno en bandeja la oportunidad de ganar cr?dito tras los ?ltimos palos.?
Y todo esto sin negar lo evidente: Que vienen tiempos muy dif?ciles en los que se pretende que la sociedad entera asuma una deflaci?n que nos devuelva a 1996. Y que esta pretensi?n supone desmantelar el modelo de sociedad que los triunfitos del 68 se dieron a s? mismos y que el mensaje de "nadie es intocable" se le tiene que grabar a fuego en la cabeza no solo a los supercincuentones acostumbrados a hacer lo que le viene en gana, sino tambi?n a ese porcentaje elevad?simo del pa?s cuyo puesto de trabajo es directamente una ficci?n, bien por ser totalmente innecesario o bien por basarse en condiciones laborales de fantas?a.
La versi?n de los controladores?la ten?is por ejemplo aqu?. Es evidente que est?n hasta las narices de muchas cosas. A nadie le gusta formar parte de un colectivo de trabajadores marcado precisamnete por su propia superespecializaci?n. ?Pero mienten. Aqu? durante la bonanza econ?mica no se escuch? a un solo controlador decir ni m? por lo pocos que son ni por las horas extra que les obligaban a hacer. Antes bien, los problemas vienen desde principios de este a?o cuando -precisamente- se les quiso privar de tales horas. ?
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